Algunas escuelas de preescolar suspenden operaciones por cierre de gobierno

Top 5 con Carlos Figueroa | 31 de octubre de 2025
Publicado: 3 nov 2025, 15:24 GMT-7|Actualizado: hace 12 horas
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(AP) - El cierre del gobierno está provocando la suspensión de actividades en una serie de centros del programa Head Start, poniendo en apuros a padres de familia que buscan dónde dejar a sus hijos mientras van a trabajar, y dejando sin educación preescolar a algunos de los niños más necesitados del país.

Decenas de centros no han recibido los pagos de subvenciones federales que debían llegar el 1 de noviembre. Algunos han cerrado indefinidamente, mientras que otros se mantienen a flote gracias a los fondos de emergencia de gobiernos locales y distritos escolares. Los cierres significan que los estudiantes de Head Start --que provienen de hogares de bajos ingresos, de familias sin hogar o se encuentran en cuidados temporales-- están perdiendo la oportunidad de recibir educación preescolar, dos comidas al día y terapia vital para su desarrollo.

Keiliana Porter, madre de tres hijos en Portsmouth, Ohio, le tuvo que decir el lunes a sus gemelas de 4 años, Kalani y Kanoelani, que no podían volver a la escuela.

“Fue como si las estuviera castigando”, contó Porter. “No lo entienden, y eso es lo más difícil”.

Por lo general, Porter cuida a su hija menor en casa y tiene un un pequeño negocio de venta de decoraciones para gafetes de identificación laboral. Con el Head Start local cerrado y sus tres hijas en casa, tuvo que dejar de tomar pedidos.

“A los niños les encanta la escuela, y el hecho de que no puedan ir les parte el corazón”, aseguró Sarah Sloan, quien supervisa los centros de Head Start en Portsmouth y el condado de Scioto, en Ohio. “Está afectando la capacidad de nuestras familias para poner comida sobre la mesa y saber que sus hijos están seguros durante el día”.

Media docena de programas de Head Start nunca recibieron las subvenciones que esperaban en octubre, pero ahora hay 140 programas que no han recibido su inyección anual de fondos federales. En total, los programas tienen capacidad para brindar asistencia a 65,000 niños en edad preescolar y padres expectantes.

Centros en todo el país, que atienden a por lo menos 8,000 familias, cerraron el lunes, según la National Head Start Association. Todos los centros de Head Start en Little Rock, Arkansas, tuvieron que cerrar, así como varios programas rurales en Ohio, Iowa y Florida.

Los programas de Head Start que atienden a los hijos de trabajadores agrícolas estacionales se vieron particularmente afectados. Más de 1,100 niños en Florida, Georgia, Carolina del Norte, Alabama y Oklahoma dejaron de operar en los centros administrados por el East Coast Migrant Head Start Project, informó el CEO Javier Gonzalez. También se tuvo que suspender a cerca de 900 miembros del personal de los centros.

Ante la falta de atención, algunos padres pueden dejar de mandar a la escuela a algún hermano mayor para cuidar de los más pequeños. Otros pueden recurrir a llevar a sus hijos pequeños a los campos donde trabajan, dijo Gonzalez.

La pausa en la ayuda alimentaria se suma a los problemas

Muchas de las familias elegibles para el programa federal de preescolar también dependen de la ayuda alimentaria a través del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria, mejor conocido como SNAP o cupones de alimentos. Ese programa también estaba en camino de quedarse sin fondos debido al cierre, aunque un par de jueces federales ordenaron el viernes al gobierno federal mantener financiado el programa con fondos de reserva para emergencias.

Eso significa que muchas de las familias de Head Start también lidian con las preocupaciones de recibir ayuda alimentaria, junto con el cuidado infantil del que dependen para llegar a fin de mes. Para muchos de los padres, un día sin cuidado infantil significa un día sin poder trabajar y, por lo tanto, un día sin paga.

En Kansas City, Missouri, Jhanee Hunt da clases a niños pequeños en el Centro de Desarrollo Familiar e Infantil Emmanuel de Head Start, donde también cuidan a su hijo de 6 meses de edad. El centro dijo que puede reunir suficiente dinero para permanecer abierto unas semanas, pero nada más.

Cuando dejan a sus hijos, señaló, muchos de los padres a menudo llevan uniformes de restaurantes de comida rápida como Wendy’s y McDonald’s. Algunos trabajan como asistentes certificados de enfermería en residencias para ancianos. Ninguno de ellos tiene mucho dinero extra. La preocupación más urgente en este momento es la comida, aseguró.

“Muchos de los padres de familia ya van de un lado a otro tratando de encontrar despensas de alimentos”, relató. “Un padre de hecho me preguntó si sabía dónde había una despensa de alimentos”.

Más del 90% de las familias del centro dependen de la asistencia alimentaria de SNAP, dijo Deborah Mann, directora ejecutiva del lugar. Una empresa de construcción se ofreció a ayudar a llenar los carritos de compras para algunas de las familias que usan el centro. Pero en general, las familias están angustiadas, explicó.

“Hemos tenido padres llorando. Padres de familia que simplemente no saben qué van a hacer”, dijo Mann.

Algunos centros permanecen abiertos... por ahora

Lanzados hace seis décadas como parte de la Guerra contra la Pobreza del presidente Lyndon B. Johnson, el programa Head Start brinda una amplia gama de servicios más allá de la educación temprana, como exámenes médicos y dentales, comidas escolares y apoyo familiar a niños de hogares de bajos ingresos que no pueden pagar otras opciones de cuidado infantil.

La iniciativa es financiada casi en su totalidad por el gobierno federal, dejándola con poco margen ante las interrupciones de financiamiento.

Algunos de los centros que no han recibido los pagos de subvenciones han logrado permanecer abiertos gracias a acciones filantrópicas, distritos escolares y gobiernos locales. Otros dependen de unas reservas que se agotan rápidamente y advierten que no podrán mantener sus puertas abiertas por mucho más tiempo.

“Si el gobierno no reabre, cada semana proporcionaremos menos servicios”, señaló Rekah Strong, directora de una organización sin fines de lucro que proporciona servicios sociales y administra centros de Head Start en el sur del estado de Washington. Ya ha tenido que cerrar un centro y varias aulas, además de reducir los servicios de visitas domiciliarias. “Cada día se siente más sombrío”.

En Florida, los centros de Head Start en Tallahassee y el condado de Leon cerraron el 27 de octubre, pero reabrieron al día siguiente gracias a una subvención del Children’s Services Council del condado de Leon. El distrito escolar local y las iglesias han intervenido para proporcionar comidas para los niños.

“Se necesita de una aldea para criar a un niño, y nuestra aldea se ha unido”, dijo Nina Self, directora ejecutiva interina de Capital Area Community Action Agency.

Pero los niños en los condados rurales de Jefferson y Franklin, donde la agencia administra dos pequeños centros de Head Start, no tuvieron tanta suerte. Han estado cerrados desde finales de octubre.